A la hora de escoger un depósito o tolva para almacenar un producto, una de las cosas más importantes a tener en cuenta es el material de dicho depósito. Esto se debe a que las propiedades de los materiales pueden afectar al contenido del depósito.
Pero también hay que tener en cuenta la composición del producto que vamos guardar en su interior, si queremos evitar alteraciones en el estado del depósito. Está claro que no es lo mismo almacenar productos líquidos o sólidos.
En el caso de nuestros depósitos de acero inoxidable, están enfocados principalmente para el sector alimentario y se pueden usar para almacenar diversos alimentos como miel, leche o vino. Otro de nuestros productos, destinado especialmente al almacenamiento de productos agrícolas o equipos incineradores, son las tolvas metálicas.
En el caso de los depósitos, uno de los materiales más utilizados para su fabricación es el acero inoxidable. El acero inoxidable es una aleación de acero, cromo y níquel, el cual destaca por su gran resistencia a la corrosión.
La principal diferencia con otros aceros, como el acero de carbono, se encuentra en su composición. Este contiene un mayor porcentaje de cromo que el resto de aceros, lo que permite crear una capa de óxido inerte y así evitar el estado de oxidación.
Como podéis ver, este material es perfecto para lugares donde la higiene y la durabilidad son fundamentales. Un depósito o tolva de acero inoxidable presentan un gran número de ventajas, que os detallamos a continuación.
Como os decíamos este tipo de acero se caracteriza por su resistencia a la corrosión, lo que evita que el depósito se oxide. Gracias a esta cualidad, los depósitos y tolvas de acero inoxidable pueden llegar a almacenar una gran variedad de productos y permanecer inalterables en el tiempo.
Los depósitos de acero inoxidable son totalmente herméticos, favoreciendo a la conservación del producto almacenado. Otra de las cualidades por las que destaca el acero inoxidable es por su elasticidad y su buena ductilidad. Esto permite que los depósitos tengan distintos formatos y acabados estéticos, convirtiéndolo el tipo depósito más demandado en el sector industrial y en el sector doméstico.
Gracias a la resistencia de este material, los depósitos de acero inoxidable pueden almacenar productos de fácil deterioro como tintas o cualquier tipo de residuo. El acero inoxidable protege tanto el interior como el exterior del depósito, lo cual le convierten en un activo de la empresa muy duradero y que apenas necesita mantenimiento.
La superficie de un depósito de acero inoxidable es muy fácil y rápida de limpiar. Tan solo hay que tener cuidado con la elección del producto que utilizamos para limpiarlo, ya que las nanas o estropajos podrían rayar la superficie. También es muy importante utilizar jabones neutros y aclarar con agua, así como limpiarlo en el sentido de la beta.
Gracias a todas las cualidades que hemos comentado anteriormente, los depósitos de acero inoxidable son una alternativa para transportar productos y mantenerlos en perfecto estado. Además estos depósitos destacan por su versatilidad, ya que se pueden utilizar para almacenar distintos productos.
Los depósitos de acero inoxidable son de los más higiénicos del mercado, gracias a la composición del propio acero inoxidable y a su superficie no porosa. Esto permite que los agentes externos y la suciedad no se adhieran al depósito, evitando que el contenido entre en contacto con bacterias.
Ya lo veis, optar por el acero inoxidable es la mejor opción para asegurarte que un depósito sobrevive al paso del tiempo.