Hoy os vamos a hablar de uno de los procesos de fabricación mecánica que más se trabaja en el mundo del metal: la calderería. Se trata de un proceso clave en el sector industrial con el que se desarrollan grandes estructuras metálicas.
Si bien es cierto que la mayoría de veces se utiliza para crear depósitos para transportar diferentes sustancias, por lo que es una especialidad muy funcional, la calderería es un proceso de fabricación que también ha servido con fines estéticos y arquitectónicos, como veremos sobre estas líneas.
Fotografía de cabecera: Osc.art
En MetalisteríaV3, uno de nuestros principales servicios es el de este tipo de calderería. Podemos hacer cualquier tipo de diseño de calderería que necesite tu empresa, nos adaptamos al espacio destinado para tal fin.
Además, utilizamos piezas de acero inoxidable para que tengan una mayor durabilidad. Ya sea para servicios generales de calderería, así como de depósitos o tolvas, ¡consúltanos!
La calderería es un proceso de fabricación mecánica de grandes estructuras metálicas. Es decir, se trabaja en piezas únicas y de grandes dimensiones. Por eso, se le suele denominar también como calderería pesada.
Por norma general, se suele tratar de vigas o grandes piezas de acero laminado, a las que se dota de forma y se suelda con otras piezas más pequeñas, con el objetivo de crear depósitos de grandes dimensiones o estructuras de construcción.
Como podrás imaginar, para la realización de estas piezas, desde su corte a modelado, pasando por la posterior soldadura, se necesita de un equipo técnico especializado, además de una maquinaría de grandes dimensiones.
Dentro de esta maquinaria que se utiliza se encuentran, por ejemplo, las cizallas, las cuales se encargan de cortar la chapa y las prensas de estampar y troquelar que le dan la forma a las piezas o el curvado al metal gracias a la presión ejercida.
Por otro lado, en el sector de la calderería se trabajan con máquinas de soldadura, tanto de corriente alterna como continua, máquinas de rodillos para doblar las láminas o sopletes de corte.
Por lo tanto, si hablamos de los diferentes procesos que se llevan a cabo en la calderería, tendríamos que hablar de un total de tres: el corte de los materiales, el plegado de los mismos y su posterior soldadura.
El principal uso de la calderería es el del diseño de grandes depósitos destinados al almacenaje de líquidos, gas a presión o sólidos como granos. Este tipo de depósitos puede ser para uso dentro de la propia empresa, es decir, dentro de la “fábrica”, como para ser transportado. En el sector del transporte, adquiere una gran importancia en el campo naviero.
Mediante este uso, se antoja indispensable en diferentes tipos de industrias, como las de energía, productores del sector de la alimentación, el gas o el petroquímico.
La funcionalidad de la calderería es una de sus principales virtudes, tal y como hemos visto, pero no la única. La estética industrial, desde hace muchas décadas, se ha instalado en muchas ciudades, dotándolas de un aspecto mucho más moderno.
De la misma forma, la calderería ha sido fundamental para crear estructuras de acero de gran utilidad, como sucede con los puentes colgantes. Entre otras cuestiones, lo que más sobresale de la calderería es que es un proceso en el que conseguir una gran estructura en muy poco tiempo, una gran virtud en la expansión de las grandes ciudades.
En algunos casos, le ha dado un auténtico lavado de cara a la imagen de la ciudad. ¿No lo creéis? Lo vamos a ver con dos de los ejemplos de referencia de la calderería y el trabajo del acero y otros metales.
La Torre Eiffel es una de las construcciones más emblemáticas del mundo y buena parte de su culpa se debe a la calderería, proceso con el que se consiguió finalizar esta majestuosa obra en menos de 2 años y 6 meses. Esta torre se construyó en 1889 con motivo de la EXPO de París, como bien sabréis. Contando la antena, este edificio tiene una altura de 324 metros, razón por la cual fue el edificio más alto del mundo durante 41 años.
En un principio, la estética de la Torre Eiffel generó mucha polémica, ya que el acero no era empleado en este tipo de gigantescas construcciones. Con el tiempo, se ha convertido en un icono.
Una de las obras más vanguardistas de las últimas décadas la tenemos en nuestro país. Más concretamente, en Bilbao. Se trata del Museo Guggenheim, inaugurado en 1993. Su espectacular diseño, logrando formas inverosímiles, así como su proceso de construcción, renovaron por completo la ciudad bilbaína, otorgándole un nuevo estatus de modernidad de la que carecía hasta la fecha.
El material utilizado en su fachada es de placas de titanio, cuyo corte y ensamblaje mediante el proceso de la calderería, siguiendo unas rigurosas pautas matemáticas y de buen gusto estilístico, ¡una increíble obra de arte!
No es el puente más transitado de San Francisco, pero sin lugar a dudas hablamos del puente más emblemático de la ciudad californiana por su curiosa estructura. Se trata de un puente colgante de más de 1 km de longitud, sostenido por dos enormes torres de acero de más de 200 metros de altura que unían los dos cables principales.
De la misma forma, un gran número de cables de acero aseguran la estructura, de 2,3 metros de grosor, danto ese aspecto tan original. Construido entre los años 1933 y 1937, el Golden Gate es una referencia en las obras de ingeniería de la época.
De nuevo, otro de los ejemplos clásicos de la construcción industrial en calderería nos lleva a la provincia de Vizcaya. Más concretamente, al puente colgante que une las localidades de Portugalete y Guecho. Fue el primer puente transbordador construido de estas características, comenzado en 1890 y finalizado en 1893.
En 2006, fue declarado Patrimonio de la Humanidad, destacando su uso innovador en cables de acero ligero trenzado. Otros ejemplos de este tipo de puente que aun siguen en pie, sobre todo en Europa, son el Puente de Rochefort, el High Bridge Rendsburg o el puente de Middlesbrough.
En algunos casos, la calderería ha servido para conseguir realizar una restauración en tiempo récord, ¡aunque no esté a simple vista! Es lo que sucedió con la Catedral de Chartres, un impresionante monumento que sufrió un incendio de la techumbre, por entonces de castaño danés, en el año 1836.
En 6 meses, el proyecto llevado a cabo por el arquitecto Edouard Baron pudo cambiar toda la estructura, sustituyéndola por una de hierro y recubrimiento de cobre. Un proceso que, en aquella época, habría sido mucho más costosa de haberse llevado a cabo por métodos de construcción convencionales.
Como has podido comprobar, la calderería pesada es mucho más que un proceso de piezas metálicas de grandes dimensiones, en algunas ocasiones un auténtico trabajo artesanal que se funde estéticamente con la modernidad.